martes, 19 de enero de 2010

Enseñemos a nuestros hijos a ser solidarios

Son las 7.00 a.m. y todos estamos en la mesa desayunando. Alguien prende la tele y de sopetón se nos muestra a través del noticiero la desgracia del pueblo hatiano. Son siete días de imágenes de muerte, destrucción, desesperación, a las cuales poco a poco hemos ido acostumbrándonos por ese “poder” de los medios de comunicación que “en tiempo real” nos presentan los hechos que no podemos vivenciar, tan sólo observar desde la comodidad del hogar.

Mientras tanto en la mesa se sirve la leche, se unta el pan con mantequilla, se parte el queso; unos ya de salida porque el tiempo apremia, otros compartiendo de temas diferentes a pesar que en la pantalla unos niños lloran desconsolados por la muerte de sus padres.

De pronto uno de los hijos hace el comentario que aterra muchas veces: ¿Por qué Dios permite que sucedan estas cosas?. El silencio es abrumador. Alguien cambia de canal y otro se despide siguiéndole apresurados los comensales de esa mañana listos para realizar la labor diaria.

Qué difícil se hace hablar con nuestros hijos de la desgracia que vive Haití.  Los sentimientos se contraponen, hablar del amor de Dios si vemos que todo es destrucción. Recordar a Adán y Eva, el pecado, y toda aquella teología que habla que el mal nace por el mismo hombre más nos hace pensar dos veces. ¿Cómo hablarles entonces a nuestros hijos de lo que en todo momento se transmite en los medios?. ¿Mejor nos callamos y que en la escuela se encarguen de eso?.

RF5061220 Empecemos hablando de la solidaridad. No hablemos del hecho de que el hombre debe ser bueno, sino que debe ser solidario especialmente en estos momentos; aprovechemos de estas imágenes para compartir en familia que como esposos y padres, seres humanos, sentimos mucho lo que ha sucedido. Es momento de diálogo, de preguntar no sólo qué han visto, sino que han sentido y sienten, en qué piensan.

Involucremos a nuestros hijos. Aquí algunos consejos:

  • Habla con tus hijos, informales de éstas y otras desgracias o injusticias y no les ocultes la realidad. Según la edad que tengan, selecciona dicha información y adapta los contenidos pero sé muy claro al explicar la situación tan difícil por la que están pasando otras personas.

  • En los niños de primaria, animémosles a prescindir del dinero que se gastan en golosinas (que es mucho) para donarlo a la ayuda para Haití.

  • En el caso de adolescentes, motívales a que pueden y deben participar con sus pagas mensuales y no de manera simbólica, al igual que tú.

  • Y cuando pase un tiempo, no olvidemos de lo ocurrido en Haití la semana que pasó. Busquen información activamente porque es posible que se necesite más ayuda. Quizás sea un buen momento para apadrinar en familia a alguno de esos niños que han quedado huérfanos. Quizás sea una buena idea que tu hijo adolescente comience a ahorrar para marcharse el próximo verano como voluntario...

El destino de nuestros hijos está en los valores que les trasmitamos ahora; en las palabras que elijamos al explicarles la vida y en los pasos que les animemos a dar. ¿Queremos hijos proactivos, sensibles a las necesidades de los demás, valientes para decidir y hacer? ¡Eduquémosles para ser solidarios! La vida es difícil para todos; desgraciadamente, para unos más que otros. Enseñémosles a conocer la realidad y a intervenir en ella; que nunca les supere la pereza, la ceguera o la cobardía.

Entonces, podemos hablar del amor de Dios que es la suma de todos los valores humanos.

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.Cuida tus palabras porque se volverán actos.Cuida tus actos porque se harán costumbre.Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.Cuida tu carácter porque formará tu destino.Y tu destino será tu vida.

Mahatma Gandhi

-----------------------------------

Actividad:

  • Busca información de cómo puedes ayudar a nuestros hermanos de Haití desde tu ciudad y en familia hazlo.

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

No hay comentarios:

Publicar un comentario