domingo, 27 de septiembre de 2009

Sólo le pido a Dios

Continuando con el tema de la convivencia. Si esta no se diera, ¿qué sucedería en la sociedad?. Respondemos:

violencia, muerte, guerra, hambre, sufrimiento, genocidio, llanto, destrucción…

Este video es más que elocuente… vemos con tristeza el camino que la humanidad va tomando por dejar de lado la auténtica convivencia en el amor. Hemos dejado de amar, porque hemos dejado de pedir a Dios, de conocerle, de amarle…

Con la canción “Sólo le pido a Dios” nos muestra lo lejos que hemos ido por la falta de amor.

Por eso es importante que construyamos nuestra relación de esposos y padres desde la armonía, la paz, la tolerancia, el amor. Nuestros hijos nos ven, mostrémosle la adecuada convivencia de los esposos y padres que se aman y respetan.

Hay unas preguntas que al final de este video se presentan. Respóndelas desde la perspectiva del amor y de sentirnos hijos de Dios. Hijos que vivimos en una “casa global” que es la creación, la cual tenemos que cuidar adecuadamente.

Que el Señor te bendiga y te guarde…

Luis Antonio

Enseñemos a valorar la convivencia humana

¿Por qué tenemos que enseñar a nuestros hijos la convivencia?. Este clip animado nos muestra a maravillosamente aquellas actitudes humanas que nos hacen menos y que reflejan el poco valor que tenemos sobre la convivencia, vista esta como uno de los pilares fundamentales de la sociedad, donde la persona demuestra esa voluntad expresa y decidida de vivir con otros seres como él, basándose en el respeto, la tolerancia, en una palabra, en el amor.

Ser persona significa vivir entre y con otras personas. Dios lo quiso así desde la creación del hombre: “no es bueno que el hombre esté solo…”. (Gn 2,18). Recordémoslo.

En wikipedia encontré esto:

El ser humano tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con un padre o un cónyuge y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente animales grupales (yo diría seres sociales) y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión.

En la escuela se refuerza este valor, se refuerza no se crea porque el mismo nace del ejemplo del hogar, de la convivencia entre padres e hijos, entre familiares, vecinos, amigos, etc.

Como docentes “luchamos” muchas veces contra las actitudes de nuestros estudiantes que no hacen otra cosa que separarse más por la violencia, intolerancia, falta de respeto que se vive en el aula. ¿Será que los niños y jóvenes vienen “cargados” con esas actitudes negativas por lo que ven y sienten en casa?.

En el post “children see, children do”, veíamos que el ejemplo negativo de los padres queda en el recuerdo de sus hijos, que se repiten como círculo vicioso. Entonces, afirmamos lo dicho anteriormente.

Es nuestro deber procurar que nuestros hijos convivan en la felicidad y la armonía, aceptando a los otros, siendo civilizados donde el trato mutuo se base en la práctica diaria de los valores. Se tiene un post sobre los valores para lograr la felicidad. No les dejemos toda la responsabilidad a los queridos maestros de la escuela.

Aquí el famoso video.

Mira con atención las expresiones de los pequeños alados, lo que hacen, piensan, animan, imitan, etc. Cuántas veces hemos hecho lo mismo!!!!!!!!.

Actividades:

  1. Compártelo con los seres a quien amas.
  2. Obsérvalo junto a tus hijos y charla con ellos al respecto.
  3. Pide perdón por aquellos momentos que no has sabido convivir, y si puedes, pídele perdón a aquellas personas a quienes has hecho sentir mal con esas actitudes negativas.

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

jueves, 24 de septiembre de 2009

El matrimonio ayer, hoy y siempre

Continuando con Luce Bustillo-Schott desde Catholic.net comparto este interesante artículo cuyo mensaje es: el matrimonio es el mismo ayer, hoy y siempre. Dejemos de vivir en engaños pensando en lo fácil que puede ser “empezar otra vez”; por el contrario, busquemos la santidad en la unión esponsal. En nosotros está lograrlo, sólo en nosotros está el poder hacer que dure para siempre… leamos el mensaje.

El matrimonio…

El matrimonio es y siempre será una unión indisoluble. Ante los ojos de Dios no hay alternativas después de que Él ha dado Su bendición y sellado dos almas con Su promesa de amor "que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre".(Mat.19,6)

"¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es mas que su maestro, si bien cuando termine su aprendizaje será como su maestro" (Lc 6,39-40).

Cuando un "ciego" dice que los casados que se separan se casen otra vez ("así rehacen sus vidas y pueden ser felices") y mas de cuatro repiten esta creencia, nos encontramos ante un ciego que guía a otros ciegos que están convencidos de que lo que dicen es lo mejor y lo correcto. Así lo que sucede es que terminarán cayendo todos en el "hoyo".

Por el hecho de que un grupo de ciegos no pueden ver el sol no quiere decir que no existe la luz. Por el hecho de que no todos entendemos las verdades de la fe no significa que no sean ciertas. Si nos comparamos con Dios podremos darnos cuenta de que somos de mente corta y que nuestros pensamientos son finitos y al fin y al cabo nos dejamos cegar por aquellos que insisten en vivir en la oscuridad.

Entender las verdades de la fe no es fácil y menos cuando decidimos buscar una felicidad falsa y egoísta queriendo ir contra la voluntad de Dios faltando a Su Palabra y a Sus mandamientos, al dar rienda suelta a nuestras pasiones desordenadas y al dejarnos guiar solo por el deseo, la pasión y el querer, confundiendo todo esto con el verdadero amor.

j0309376 El verdadero amor esponsal solo se vive dentro del matrimonio en todo su esplendor y plenitud ya que los esposos han recibido la fuerza del Espíritu Santo a través de la bendición de Dios al unir en alianza dos vidas en una.

Hoy el hombre camina "ciego" en un mundo lleno de engaños y mentiras por buscar desesperadamente una felicidad falsa viviendo en desobediencia a Dios y apartados de Él, faltando al cumplimiento de Sus leyes y preceptos, arriesgando su santidad, salvación y vida eterna.

En el afán de "rehacer sus vidas" buscan de cualquier manera la aprobación a lo que quieren acudiendo a algunos sacerdotes que en su fragilidad humana y conmovidos por el sufrimiento buscan dar la respuesta que creen están esperando esa mujer o ese hombre: rehacer sus vidas a través de una nueva unión. Pero estas personas no se dan cuenta de que si el sacerdote es un hombre de oración profunda y de santidad les diría más bien: lucha por tu matrimonio, oremos juntos por ese esposo(a), reza mucho por él, ten fe en que para Dios nada es imposible y lo importante es su alma.

Si el sacerdote da una respuesta equivocada uno puede creer que está bien buscar una nueva unión, que ese sacerdote ha dado el mejor consejo, y siguen adelante sin darse cuenta de que el enemigo los ha engañado valiéndose del sacerdote llevándolos a caer en el "hoyo", viviendo en adulterio y olvidándose que han abandonado a la esposa(o) e hijos y que nadie puede ser feliz sobre el dolor y la desolación de otros y menos de aquellos a los que Dios le dio a cuidar.

El enemigo a quienes más ciega son a aquellos que están cerca de Dios, que van a misa, que están en ministerios y ayudan de manera especial a sus parroquias sacándolos del camino al hacerles creer que pueden y tienen derecho a ser felices.

¿Acaso un ciego puede guiar a otro ciego? Muchos hoy viven de esta manera "ciegos" a la única felicidad y verdad que existe, Jesús. Si fuéramos verdaderos discípulos de Jesús, del Maestro, le imitaríamos en todo especialmente en el amor, amando como Él ama, perdonando como Él perdona, haciendo siempre el bien, buscando la perfección y santidad para llegar un día a alcanzar los bienes eternos junto a Dios.

j0427849 El matrimonio es y siempre será una unión indisoluble. Ante los ojos de Dios no hay alternativas después de que Él ha dado Su bendición y sellado dos almas con Su promesa de amor "que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre".(Mat.19,6).

Pidamos a nuestra Madre Santísima que interceda por los matrimonios para que cada día puedan encontrar en Jesús la fuente de agua viva que los mantenga unidos, que interceda como lo hice en Caná de Galilea y le pida por aquellos que se les ha acabado el vino, que llene nuestras tinajas con el mejor vino para que sean restaurados tantos matrimonios, y que de esa manera podamos glorificar a Dios. Que interceda por nuestros sacerdotes para que puedan alcanzar las gracias por Él prometidas y puedan cumplir Su Palabra y hacerla vida en ellos, dando a todos Sus hijos consejos a la luz del evangelio con amor y santidad por la salvación de las almas.

¿De que le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? (Mt.16, 24-28)

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El matrimonio es para toda nuestra vida. Si todavía estás en la posibilidad de luchar por él hazlo, no pierdas tiempo. Si deseas repasa los post anteriores donde hablamos de las secuelas del divorcio en nuestros hijos.

Dejemos el egoísmo que mata el amor… Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

El huracán del desamor

Hoy las estadísticas siguen mostrando que la sociedad no desea que la familia sea su centro fundamental, la célula primigenia del amor y la paz. ¿A dónde pretende llevarnos con su hiper-erotismo, su relativismo moral, su cultura de muerte, aquellos que hablan de una libertad total para el hombre, sin dogmas sin Dios, sin amor?.

Luchemos queridos papás por vivir en el amor y demostrar el amor, enseñando amar a través de nuestro propio amor. Tuya entonces es la decisión para ser parte de esta ola de amor que vamos creando por el amor a nuestros hijos.

Madre Teresa de Calcula, aquella diminuta mujer, la gran santa del amor, nos regala este mensaje a las familias:

"La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro precisamos que toda familia viva feliz." -Madre Teresa, M.C.

De encuentra.com una de sus reflexiones al respecto, enviada por Luce Bustillo Schott, nos muestra cómo esa preciosa paz se termina en un instante y nace aquella guerra que crece en lo más hondo del corazón de la persona, que si no logra aceptar en su vida, le acompañará hasta su muerte.

El huracán del desamor.

Agosto de 1992. Miles de personas perdieron sus hogares con el paso del huracán Andrew. Muchos niños se sintieron desolados al ver cómo en pocos segundos lo que había sido su casa hasta ese momento quedaba devastado, se convertía en un montón de escombros.

A ti, padre de familia, quisiera preguntarte: ¿qué puede sentir tu hijo o tus hijos al oír de tus labios las siguientes expresiones dirigidas a tu esposa, a la madre de ellos? "Ya no te amo. Necesito mi espacio. ¡Tengo derecho a mi felicidad!"

divorcio Quizá no puedas contestar a esa pregunta al imaginar, si puedes, lo que el corazón de tus hijos sienten, lo devastador que es para ellos ver derrumbarse lo que hasta hace poco era su hogar.

Llegó un día ese momento trágico. Lo que amaba el hijo, lo que más quería, su familia, quedaba reducida a escombros. Ese templo sagrado de amor en el que había nacido y crecido, de repente se ha convertido en ruinas. Ruinas de tristeza, de dolor, de desconcierto, de angustia, de inseguridad.

El hijo no alcanza a descubrir el porqué de lo que está pasando. No sabe cómo explicar que algo haya destruido lo que más amaba, aquello que hasta hace poco veía, con orgullo, como "mi familia". Seguramente ese hijo se encerrará en una coraza, en su propio mundo interior. Adoptará una máscara para esconder todo el dolor que produce el ver que algo ha dividido a sus padres. Siente que ese algo les ha llevado a todos a la infelicidad. Ha destruido, como un huracán, el amor que sus padres se tenían. Un amor que permitió que un día naciese cada uno de los hijos...

No encuentra con quién compartir tanto dolor porque papá se ha ido y mamá sufre. No quiere ser él, el más inocente de toda la tragedia familiar, un motivo que aumente el dolor de la casa.

hijos y divorcio El hijo pierde confianza, seguridad, esperanza, porque ese huracán, que no se llama Andrew sino "Egoísmo", lo está dejando sin piso, sin paredes, sin techo, sin hogar. Todo pierde su sentido cuando ese egoísmo deja fuera de los corazones lo único que realmente puede unir una familia: el amor.

Hoy día muchas parejas se dejan arrastrar por el huracán del egoísmo. Se han olvidado del compromiso que juraron ante Dios el día de su matrimonio. Prometieron entonces vivir unidos por amor también entre las penas y las alegrías, las carencias o la abundancia, la enfermedad o la salud, hasta que la muerte los separase. Habían establecido un compromiso ante Nuestro Creador a través del cónyuge que Dios les había regalado.

Ahora rompen, por culpa del egoísmo de uno de ellos, o de los dos, ese vínculo sagrado del sacramento matrimonial. "Lo que Dios unió no lo separa el hombre".

Esto ocurre porque nos olvidamos que el vínculo matrimonial nos compromete a ser testigos del Amor de Dios y testimonios vivos de que Él permanece entre nosotros hasta el fin de los siglos. Un vínculo que les había comprometido a cultivar y acrecentar el amor.

¿Tenemos oportunidad para cobijarnos de este huracán del desamor'?. Podemos ir contra la corriente y hacer vida el amor, lo podemos, mira a tus hijos, no es por ellos, sólo por ellos, es por tí, por tu pareja, por la familia. Pídele al Señor que te la fuerza para continuar, el entendimiento para escuchar tu corazón. No abandones a tu familia…

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

jueves, 17 de septiembre de 2009

La honestidad, un valor fundamental hoy en día

Hace unos días se me pidió averiguar quién o quienes habían realizado inscripciones en las paredes del colegio. El temor de los grupos y pandillas está presente en todo ambiente educativo en nuestra América Latina. Recordemos que ciertas inscripciones son símbolo de poder, propiedad, límites y demás.

Bueno, las indagaciones me llevaron a llamar a un grupo de estudiantes de secundaria, preguntamos, inquirimos. La respuesta: nosotros no fuimos, a pesar que son jóvenes que se identifican con un grupo en especial.

Cuál sería mi sorpresa cuando se acercan dos señoritas de otro grado y sección para decirme que ellas eran las “culpables” y creadoras de dichas inscripciones y que los jóvenes a quienes sindicábamos eran inocentes. Qué alegría saber que lo que venimos inculcando vamos ya cosechando, que podemos creer en los jóvenes, que los valores que cada día tratamos de propagar con el ejemplo se están haciendo realidad entre nuestros estudiantes.

El mensaje que a continuación comparto con ustedes es un relato que podemos compartirlo en cada momento con nuestros hijos y con todas aquellas personas a quienes amamos, para enseñar la importancia de la honestidad entre los hombres, donde el engaño y la mentira es lo malo y lo que jamás nos llevará a la felicidad y la verdadera libertad.

La honestidad

Se cuenta que allá para el año 250 a.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse.

principe chino Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.

Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:

- ¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura. Y la hija respondió:

- No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz.

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones.

Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:

- Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China.

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean costumbres, amistades, relaciones, etc.

El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.

Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.

Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas, sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores.

Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado.

Aquella bella joven – la del vaso vacío - sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada.

Entonces, con calma el príncipe explicó:

- Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles.

Si para vencer, estuviera en juego tu Honestidad, entonces pierde. Así, serás siempre un Vencedor

Estoy seguro que ambas jovencitas, mis estudiantes, vencieron muchas cosas con su honestidad. Sabían que recibirían una sanción, que irían a la Dirección, y que su nota de conducta no sería la más adecuada, pero más importante para ellas ha sido ser honestas consigo mismas y con la comunidad educativa a la cual pertenecen. Para mi, aplausos para ellas. Felicidades!!!!!!!!!!.

Compartamos este mensaje…

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

Diez reglas para que nuestros hijos se desarrollen armoniosamente

En el colegio donde laboro actualmente me encuentro todos los días con el mismo caso: adolescentes y jóvenes que no logran identificar los límites básicos dentro de su libertad para lograr una adecuada relación interpersonal e intrapersonal. No han logrado aquel desarrollo armonioso ideal que nace de la casa y se refuerza en la escuela y que hace de ellos unos seres felices, con criterio propio y que saben distinguir qué valores deben hacer realidad. Las razones pueden ser muchas, pero en el fondo, la culpa es nuestra papá y mamá porque no prestamos la atención necesaria a nuestros hijos, sobre todo, en aquellas etapas críticas de su crecimiento y formación, donde más se necesita nuestra presencia como modelos y guías.

Otras veces estamos presentes pero somos padres muy permisivos, dejamos hacer y dejamos pasar. Que todo haga, todo está permitido, no importa lo que suceda porque su papá lo arreglará. No los dejamos crecer, les cortamos las alas… piensa y analiza si eres ese tipo de papá o mamá.

Desde el portal de “Eduquemos en la red” comparto este mensaje escrito por Claudia Bruscagin, Doctora en Psicología Clínica y Terapeuta Matrimonial y de Familia. Este artículo fue publicado originalmente en la Primera Edición de la Revista Rompiendo el Silencio Lima – Perú.

Compartan este mensaje con aquellos a quien más quieren…

vela

Diez reglas para que nuestros hijos se desarrollen armoniosamente

¿Cómo desarrollar a su hijo, de manera positiva, para que llegue a ser un adulto sano y exitoso en la vida? ¡Quién diera que recibiésemos manuales de instrucciones cuando nacen nuestros hijos! Pero eso no sucede. Vivimos en una época en la que la mayor parte de los padres simplemente no sabe qué hacer con los hijos. En la era de la información, recibimos todo tipo de conocimiento informativo, pero poco conocimiento formativo. Esas informaciones vienen de las más diversas fuentes y, muchas veces, no están en sintonía con lo que es necesario para el buen desarrollo del niño.

Los padres cuyos progenitores fueron muy severos tratan de actuar de manera opuesta, permitiéndoles todo a los hijos. Otros entienden que, mientras los niños son pequeños, pueden dejar que hagan todo lo que quieran, creyendo que más tarde, al entrar en la escuela, aprenderán a comportarse (¡pobres profesores!). Algunos padres son demasiado severos: controlan todo y exigen solo lo perfecto. Después de todo, si los hijos quieren ser alguien en el futuro, tienen que ser simplemente los mejores.

Muchas cosas cambiaron

Actualmente, los niños son muy diferentes: aprenden cada vez más rápido, son más curiosos, hacen varias cosas al mismo tiempo. Como contrapartida, son más agitados, más desobedientes, más obstinados, como si ya hubiesen nacido así. Bien, si nacieron así, ¿no hay nada que podamos hacer? ¿Nos queda solo acostumbrarnos a la situación y aguantar las consecuencias?

niña Realmente, muchas cosas cambiaron en nuestra vida, desde hace un tiempo: televisión, computadora, Internet, teléfono celular, madres cada vez más absorbidas por el mercado laboral, ¡tantas transformaciones!

El hecho es que los padres de hoy no saben qué hacer con los hijos. Podemos hacer muchas críticas a la severidad, la rigidez, la falta de diálogo y la inflexibilidad de nuestros padres; pero nosotros, los hijos, sabíamos qué se esperaba de nosotros, cuáles eran las reglas de la casa, qué hacía cada uno y, principalmente, cuáles eran los valores que daban rumbo a nuestra vida.

Los padres de hoy están confusos y, muchas veces, quieren parecer modernos y liberales. Pero, en realidad, no saben en qué creen y no creen en lo que hacen. Los hijos, al darse cuenta de la inseguridad de los padres al tratar con ellos, también quedan inseguros, y provocan instintivamente situaciones que ponen a prueba lo que los padres piensan y aquello en lo que creen.

Desarrollo armonioso

No existe una manera absolutamente cierta de criar a los hijos o una cartilla de instrucciones para educarlos. El padre y la madre son diferentes. Aun habiendo recibido la misma formación y siendo hijos de los mismos padres, los hermanos se desarrollan de manera diferente. Tener hijos demanda tiempo y paciencia. Es fundamental que los padres sepan que en el ámbito de la familia es donde los hijos aprenden el sentido de pertenencia y la importancia de relacionarse bien con el prójimo. Los hijos necesitan padres (ninguna institución los sustituye) que les enseñen a vivir con madurez en la desafiante sociedad actual.

El período más importante para la formación de un niño va desde el nacimiento hasta los 6 años de edad, tiempo que debe (o debería) pasar casi exclusivamente con la familia.

j0316976 ¿Qué necesitan los niños para desarrollarse armoniosamente? Necesitan apoyo, cuidado y amor de la familia, de los vecinos y los amigos; necesitan sentir que son amados y saber que su valor es reconocido. Necesitan tener expectativas y límites claros, saber qué se espera de ellos. Eso comprende el uso constructivo del tiempo, con oportunidades enriquecedoras para crecer por medio de actividades creativas. En esas actividades, el niño precisa conocerse a sí mismo, desarrollar la conciencia social, el autocontrol, las habilidades sociales, la responsabilidad y la capacidad para tomar decisiones.

Reglas funda mentales

Parece mucho, ¿verdad? Vea a continuación qué es lo que necesita hacer para que eso funcione:

  1. Deje claro el tipo de educación que quiere darles a sus hijos. Es difícil encontrar un padre y una madre que piensen y actúen de manera idéntica. Por eso, es importante que lo que deseamos transmitir a los hijos represente un punto de encuentro, de convergencia de las ideas y los anhelos de ambos padres, y nunca de divergencia.
  2. La convergencia también debe ser la regla cuando el asunto esté relacionado con los valores. Es fundamental que los padres enseñen a los hijos, de manera clara y coherente, un consenso que traduzca los valores de ambos padres. Los valores constituyen el conjunto de los rasgos culturales e ideológicos que definen los principios o los patrones sociales aceptados y mantenidos por una persona, un grupo o una sociedad. Representan lo que es importante para determinada familia. Las personas no tienen los mismos valores. Por eso, es importante que cada persona piense en sus valores.
  3. No interfiera en la disciplina que su cónyuge está administrando a su hijo. Si usted no concuerda con la forma de hablar o la actitud de su cónyuge, manifiéstele su opinión después, en una conversación particular. Nunca lo desautorice delante del niño.
  4. Muéstrele a su hijo que existen límites y reglas. Las reglas deben ser obedecidas por todos. En caso contrario, el niño se vuelve inseguro e inestable. Los niños necesitan límites para saber qué está bien y qué está mal. Y esa necesidad es tanto mayor cuanto más pequeño sea el niño, pues es cuando está aprendiendo cómo son las cosas. Las reglas y los límites de hoy serán sus parámetros para la convivencia y el desarrollo del mañana.
  5. Enseñe desde temprano, a su hijo, a hacer elecciones y a medir Las consecuencias. Recuerde que la posibilidad de escoger viene con el crecimiento y el proceso de madurez del niño. Pero necesita comenzar a hacer elecciones simples, y a medida que se muestre capaz permitirle hacer elecciones más importantes.
  6. Permita que sus hijos traten de resolver sus propios problemas. Cuando los niños le lleven problemas para que usted los resuelva, no se olvide de preguntarles qué es lo que ya intentaron hacer para manejar la situación.
  7. Hable positivamente con y sobre su hijo. Eso desarrolla la autoestima del niño. Muchas veces llamamos la atención hacia lo negativo, dejando de valorizar lo positivo, como si eso fuese solamente el deber. Los niños necesitan saber cuándo actúan correctamente. Eso hace que se sientan valorados.
  8. Explique claramente el por qué de sus actitudes. Los niños aceptan mejor cualquier cosa cuando entienden la razón del comportamiento.
  9. Oiga lo que su hijo tiene para decir. Preste atención, no lo interrumpa. Solo después de oírlo usted va a saber mejor qué hacer. Permita que el niño exprese su punto de vista. Así descubrirá cómo su hijo o su hija piensa y cómo presta atención a todo lo que sucede a su alrededor.
  10. Presente sus hijos a Dios. Las investigaciones indican que el desarrollo de alguna creencia religiosa es un factor decisivo para el desarrollo de los niños.

j0308958Sobre todo, es importante que los padres no se olviden de que los hijos van a seguir los modelos. Y, créalo: ellos estarán atentos a todo lo que usted dice y hace en cada momento. El modo en que se relacionan los padres se reflejará directamente en el desarrollo armonioso de ellos. Los hijos aprenden con los padres el sentimiento de pertenencia y a relacionarse con los otros. Esa es una tarea de importancia fundamental para su desarrollo.

Que el Señor te bendiga y te guarde…

Luis Antonio

domingo, 6 de septiembre de 2009

Dónde lograr la felicidad

Sabes, lograr esa felicidad se da en y para la familia. Los hermanos Galán del dúo Pimpinela nos regalan este hermoso mensaje sobre el amor y la felicidad que de la familia nace. Como esposos y padres debe ser nuestro compromiso crear en nuestro hijos esa seguridad y sobre todo esa forma de ver el mundo desde el amor.

La familia, tu familia, necesita de ti, pon de tu parte…

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

Papá, quiero ser como tú

Navegando por internet me topé con este video, de verdad que a uno lo puede poner triste al darse cuenta que por el afán de buscar la felicidad en otros caminos dejamos de lado lo más importante.

Reflexionemos acerca de nuestro tiempo… decisiones… compromisos…, pongámoslo en la balanza.

Cambiemos esta historia, nuestra historia. Tenemos que hacerlo, podemos hacerlo. Lo más importante son ellos, no el trabajo. No desperdiciemos esos momentos que no volverán… ellos no se lo merecen.

Quizá la respuesta la encontremos en esta canción, Danny Berrios, un cantautor cristianos nos da el mensaje justo y necesario…

Dios, quiero ser como Tu Señor, porque mi hijo quiere ser como yo… que tu imagen Señor es lo que vea en mi… ayúdame Señor… Enséñame Señor a ser un buen ejemplo que sus ojitos puedan ver…

Sabes, ni toda la riqueza del templo de Salomón vale tanto como un minuto a lado de tus hijos.

Actividad:

  1. Pasa todo el tiempo posible hoy a lado de tus hijos, juega con ellos, conversa, báñalos, cárgalos en tus brazos, llénale de besos las mejillas, diles que los quieres mucho, y si es necesario, pídeles perdón por todo ese tiempo que no estuviste con ellos.

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

sábado, 5 de septiembre de 2009

La casa de los mil espejos

Continuando con la idea que el hombre es la creatura e la creación que siempre va en busca de la felicidad, quiero compartir con todos ustedes, queridos esposos y padres, este relato para que entendamos que la felicidad es el reflejo de nuestro corazón, que a través de nuestro rostro se hace realidad.

Empecemos a leer:

Hace mucho tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, existía una casa abandonada.

Cierto día, un perro buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El animal subió lentamente las viejas escaleras de madera.
Al terminar de subir, se topó con una puerta semi-abierta;
lentamente entró en el cuarto.

Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto había
1000 perros más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.
El perro comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los otros 1000 hicieron lo mismo.
Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos.
El perrito se quedó sorprendido al ver que los otros 1000 también sonreían y ladraban alegremente con él.

Cuando el perro salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: - "Qué lugar tan agradable. ¡Voy a venir más seguido a visitarlo!"

Tiempo después, otro perro callejero entró al mismo sitio,
por ende, al mismo cuarto; pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva.
Éste empezó a gruñir y obviamente vio como los otros 1000 le gruñían.

Comenzó a ladrarles ferozmente y ellos también le ladraron.
Cuando salió del cuarto pensó: - "Que lugar tan horrible es este. ¡Nunca mas volveré a entrar aquí!

En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: "La casa de los 1000 espejos".

Muchas veces he escuchado que "todos los rostros del mundo son espejos"... ¿Cómo te gustaría enfrentar al mundo?.
Decide que rostro mostrarás y decide llevarlo por dentro.
Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan;
sólo se sienten con el corazón. Antes de ver un arco iris, tienes que ver un poco de lluvia...

No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones.

Si quieres lograr esa felicidad no actúes como el segundo de los perritos. Sonríe a la vida, muéstrate tú tal como eres, a pesar de los problemas, a pesar de los malos ratos, se feliz y has feliz a los demás. Has que los otros sientan lo agradable que es estar a nuestro lado.

La felicidad es también proyectar esos valores de los que hemos hablado y visto en el video, pero con un rostro bello, sincero, sin temor, libre de todo… lo podemos hacer.

Actividad:

  1. Mírate al espejo cada mañana y decide cuál reflejo vas a utilizar ese día. Practica, pon todas las caras posibles, y la que mejor te haga sentir feliz “llévala” ese día.
  2. Para aquellos que deseen compartir el mensaje en video, este link te llevará al relato en video.

Que el Señor te bendiga y te guarde…

Luis Antonio

Nuestra felicidad

Cuán felices somos. Cuánta felicidad irradiamos a nuestro rededor. ¿Como esposos somos felices y hacemos feliz a nuestra pareja?. Como padres ¿somos felices y hacemos felices a nuestros hijos?. Y no me refiero sólo a pensar que la felicidad se logra satisfaciendo los pedidos que la cultura hacen de nuestros hijos potenciales consumidores. Mi hija hace tiempo, a pesar de sus 6 años, me pide su celular de princesas, porque las niñas de sus programas favoritos ya lo tienen. Por el momento no lo voy a comprar.

Hace unos días compartía con un grupo de papás la pregunta de si somos felices, de cómo alcanzamos esa felicidad. Partimos de la idea principal que es el mismo Dios quien nos crea y nos ofrece la creación para que seamos felices.

El hermano Pedro Chico FSC, en su Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, al hablar de la felicidad nos dice que “el hombre no puede dejar de aspirar a la felicidad, no puede dejar de llegar a la alegría plena, en lo posible en esta vida…”. Continúa diciendo: “la felicidad es un estado de alegría, agrado o satisfacción, que hace a la persona sentirse bien consigo misma y con los demás”. “Educar para la felicidad es un compromiso, una necesidad y un deseo de toda educación cristiana. Sin una educación sana en los afanes de la felicidad, el hombre corre el riesgo de entregarse a la falsa felicidad, la inmediata y la egocéntrica, que se reduce a la concupiscencia de la carne, a la concupiscencia de los ojos, y a la soberbia de la vida (I Jn. 2,16)”.

Y como padres nuestro deber y compromiso  educar a nuestros hijos para la felicidad. La pregunta será cómo hacerlo. Empecemos con lo que conocemos y es el motor de nuestro diario caminar. Los Valores Humanos, aquellos valores cristianos que nos hacen sentir bien, aquellos principios que nos hacen responder a lo que no nos parece bueno.

En el colegio donde laboro cierto día una estudiante se acercó a conversar conmigo respecto a lo que un compañero de su clase había hecho. Se sentía confundida entre la lealtad a la clase, el no caer en el "yo acuso”, en el dejar pasar o no lo ocurrido. Al conversar pude encontrar en ese tierno corazón que los valores en que sus padres y el colegio habían inculcado daban ya fruto. Su valoración de lo ocurrido la llevó a buscar apoyo para sentirse libre y decir que “eso” no era correcto. ¡Qué alegría saber que hay personas que buscan la verdad y la rectitud y que nosotros somos parte de eso!.

Esta felicidad es natural en nosotros, buscamos el bien y la satisfacción. Tenemos que apoyar esa búsqueda, y en los valores cristianos encontramos esas “herramientas” para lograrlo.

Este video nos presenta los valores que nos ayudan entonces a lograr esta felicidad, desde cualquier perspectiva, desde cualquier rol que vayamos desarrollando a lo largo de nuestra vida. Como siempre, te recuerdo que reflexiones y más importante, que empecemos a practicarlos a conciencia.

Compartamos este mensaje con todas las personas que queremos, que estimamos, los amigos, compañeros del trabajo, los vecinos…

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio