martes, 29 de junio de 2010

La pareja en la familia

La madre Teresa de Calcuta, al hablar sobre la FAMILIA opinaba: "Creo que nadie se da cuenta de lo importante que es la FAMILIA, si pudiéramos llevar de nuevo el amor a la FAMILIA, el mundo cambiaría?"

Mi nombre es Pablo y quisiera compartir con ustedes la experiencia y aprendizaje que tuve hace algunos ayeres, cuando todavía era soltero, joven y bello. En una ocasión, me invitaron a asistir a unas pláticas muy especiales e interesantes, fui acompañado por una chica llamada Norma, que en ese entonces era mi novia. Puedo asegurarles que la lección originada ese día impactó muchísimo nuestra vida.

No recuerdo con exactitud el tema tratado en esa ocasión, pero lo que sí tengo presente con mucha claridad es la dinámica que se aplicó aquí.

La persona que daba la clase nos pidió que nos sentáramos todos en círculo, y a Norma y a mí nos indicó que nos sentáramos juntos; entre bromas y risas obedecimos, a lo que la instructora comentó:

- "Bueno, supongamos que Pablo y Norma se acaban de casar".

Ambos nos miramos con los ojos muy abiertos y tragamos saliva.

Sin prestar mucha atención a nuestro desconcierto continuó:

-"Ellos han decidido construir su hogar, han establecido sus normas y comienzan una etapa de felicidad. Con el tiempo viene su primer hijo.

-Llamaron a uno de los jóvenes y le pidieron que se sentara entre nosotros

- Norma y Pablo le dan la bienvenida a su hogar y le tratan con mucha ternura y cariño.

Pero, como suelen ser las cosas, tienen entonces a otro hijo

-Pidieron a otro de los jóvenes que se sentara al lado de su ’hermano’, entre nosotros

- La FAMILIA va creciendo, y tienen buenas normas. Los chicos se tratan con mucho cariño y los papás vigilan que no haya riñas entre ellos. Son muy buenos padres y literalmente dedican su vida a ellos.

Norma y yo nos vimos en esa ocasión muy productivos, porque tuvimos unos tres o cuatro hijos más. En cada ocasión pidieron a alguno de los jóvenes o jovencitas que se sentaran en medio de nosotros para darles la bienvenida.

-"El tiempo pasa -continuó la instructora- y llega el día en que los hijos hacen su propia vida. Primero, Julio se casa y forma su propio hogar ("Dejara el hombre a su padre y a su madre") ¡Vamos, déjalos, Julio!, ahí deja tu silla’".

Julio, nuestro primer ’hijo’, se levantó y ocupó su nuevo lugar.

-"También Marthita y Linda encuentran buenos partidos y se casan".

Las chicas se levantaron y dejaron su lugar.

Así cada uno de nuestros hijos se fue ’casando’ y dejando sus sillas vacías.

Cuando todos hubieron terminado de irse, la instructora hizo una pausa y luego dijo:

-"Ahora vean todos la distancia que ha quedado entre ellos?"

-Y calló nuevamente-.

Efectivamente, había entre nosotros una distancia enorme de sillas vacías. A mí me pareció kilométrica!!!!!!!!!!!

pareja Muchas preguntas surgieron en mi mente ¿Que pudo haber causado ese hueco enorme?

Como si leyera mi mente, la instructora respondió entonces algunas de las preguntas que se formulaba dentro de mí.

- "Pablo y Norma han cometido un gran error, ya que han permitido que sus hijos se interpongan entre ellos. Y ahora que están de nuevo solos, si acaso, tendrán que empezar desde el principio". ¿Que habíamos hecho mal? ¿Acaso no nos habíamos dedicado con fervor a nuestros hijos? ¿O era ese el centro mismo de la construcción de una FAMILIA?

La instructora nos explicó el error de darlo todo por nuestros hijos. Explicó que la base del fundamento del hogar no son los hijos, si no la pareja y que ésta debe permanecer unida contra viento y marea.

De hecho, el mejor regalo que se puede dar a nuestros hijos es el hecho de saber que sus padres se aman y que permanecen unidos y ellos aprenden a amar en función de cómo aprenden que se aman sus padres.

Si los padres no salen juntos, si no se siguen cortejando con frecuencia, si no se hablan con ’tiernos acentos’ y si no se comunican entre ellos de manera frecuente y especial, es escasa la probabilidad de tener hijos espiritual y emocionalmente estables y, cuando ellos partan de casa, nos encontraremos incomunicados y encontraremos a nuestra pareja a una enorme distancia, sin saber del todo como recuperar lo que nuestro propio descuido ha dejado que se pierda con los años.

Y no es egoísmo, por el contrario, es un seguro de vida para ellos y para nosotros mismos.

¡Primero la pareja!

img_familia Son los hijos los que deberán acomodarse. La vida FAMILIAR tendrá que girar no en torno a ellos, sino en torno de los padres.

Los padres deben recordar que una relación de verdadero amor con su pareja es el mejor regalo que puede darles, y su principal prioridad, y su mayor herencia, y la forma de enseñarles a sus hijos a amar y de garantizar así su verdadera felicidad, temporal y eterna.

Ellos se escogieron primero, ellos dan la bienvenida como invitados a los hijos.

El día de hoy, estoy aplicando todo esto que aprendí con mi novia actual. Mi única novia, gloriosa, infinita y eterna. Ella es mi esposa.

Es más fácil darlo todo por los hijos cuando uno sabe amar y darle su lugar a la pareja, cuando tenemos los espacios necesarios para platicar, compartir y estar juntos.

Nuestra pareja es la fuente de donde uno puede extraer todas las fuerzas, alimentarse y dar fuertes y sanos frutos cada día.

Lo más importante para la sociedad debe ser la FAMILIA, porque es indispensable para crear una sociedad llena de plenitud y armonía.

Juntos subimos la cuesta de la vida. Juntos estuvimos siempre en el dolor y en la alegría. Paseamos de la mano por los jardines floridos de la primavera. Dormimos junto al fuego en los inviernos. Unidos vamos hacia lo invisible

Tal como lo cuenta, la dinámica nos muestra con exactitud de lo que sucede en muchas parejas que se olvidaron de ser esposos para terminar siendo solamente padres. Olvidamos de ser galantes los varones y de responder a esa galantería las esposas. Olvidamos de los detalles ambos. Olvidamos las fechas importantes de la pareja – aniversario de bodas, de noviazgo, de conocerse, del onomástico!!!!! – para estar atentos a las “necesidades” de los hijos o de los gastos de la familia…

fot_01 Amar es perdonar, perdonar es amar

Tenemos aún el tiempo para retomar esas “pequeñeces” que hacen grande a la pareja. Pero, existe un paso previo, pienso yo, de pedirnos perdón por todas las veces que dejamos de ser pareja, de ser esposos. Sí lo podemos hacer…

Que el Señor los bendiga y los guarde…

Luis Antonio

3 comentarios:

  1. Hola, muy interesante tu post. Soy de México y tenemos dos años de casados y esperamos a nuestro primer hijo... que es un niño muy amado desde hace siempre y nuestro "embarazo" ya lleva casi año y medio porque será un hijo adoptado, sin embargo aceptados los designios de Dios y esto nos ha fortalecido y unido como pareja. saludos

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  2. Extraordinario Blog!
    Te felicito.
    Gustavo Llave
    MAGO TABHINI
    www.tabhini.com

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  3. Te felicito por tu blog, que acabo de encontrar, y me topo con este escrito que en mejor momento no me pudo haber llegado. Esto que explicas lo hablaron en mi retiro pre matrimonial, pero es ahora, con cinco años de matrimonio y dos niños pequeños, que comienza a tener más sentido.

    Necesitaba este recordatorio. Muchas gracias. Que Dios los bendiga.

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