sábado, 17 de abril de 2010

¿Estamos criando irresponsables?

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para que vayan a la escuela. Se levantan irritados pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono o conectados al Internet.

No se ocupan de que su ropa o su cuarto estén limpios y mucho menos mueve un dedo en nada que tenga que ver con 'arreglar algo en el hogar'. Para eso hay gente que lo hace.

Creen que es obligación darles su semana o mesada y aparte se quejan porque no les alcanza.

Los padres se sientes rendidos y aceptan estas actitudes en un mal entendido amor por los hijos. La tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el día en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles, para que su sueldo les quede "libre".

Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 14 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen el peor daño para esta generación.

¿En qué estamos fallando?

generacion-nini011 Para los nacidos en los cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; los varones ayudaban en las tareas del hogar, hacían arreglos en la casa, las mujercitas aprendían a cocinar, a administrar un hogar, todo esto, aparte de su responsabilidad en la escuela. Posteriormente, muchachos y muchachas jóvenes salían a trabajar.

A esa generación, los padres les inculcaron el amor por el estudio, por el trabajo y les enseñaron el valor de la RESPONSABILIDAD.  Los prepararon para la vida.

Lo que ha pasado con las últimas generaciones, es que los padres se tomaron en forma equivocada un discurso que NO DIO RESULTADO:

 "Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé".

¿Porque ahora es tan malo para los padres enseñar a trabajar a los hijos?. ¿Porque están obsesionados con evitarles pasar trabajos?. ¿Será que el trabajo se ha convertido para los padres en un factor negativo?.

A raíz de ese equivocado discurso, estos muchachos nunca conocieron la escasez, nunca han sido  conscientes de que el  bienestar se logra con trabajo.  Se criaron desperdiciando. El 'dame' y el 'cómprame' siempre fue generosamente complacido y ellos aprendieron a vivir en una pensión en donde sin esfuerzo, tuvieron todo incluido, mientras los padres ingenuamente batallaban por aparentar que eso era un hogar.

Estudiaron en el exterior con el dinero de sus padres y regresaron orgullosos con la conquista de una pareja,  pero terminaron volviendo al hogar, con un divorcio a cuestas porque la cosa 'se les apretó' en su nueva vida, las responsabilidades los ahogaron y simplemente, ellos no fueron criados para pasar trabajo, ni para enfrentar las adversidades. Por ello, en cuanto un proyecto se pone difícil, la solución es abandonarlo.

Sus padres que siempre les quisieron evitar el trabajo, los convirtieron en inútiles.

Los que tienen hijos pequeños pónganlos los domingos a lavar los carros, a lustrar los zapatos o a pintar la cerca.  Un pago simbólico por eso va a construir en sus mentes  una relación entre trabajo y bienestar. El dinero no se da a los hijos solo porque sí.

Los padres deben fomentar en sus hijos desde temprano el sentido de  responsabilidad acorde a su edad, para que entiendan que la economía doméstica puede pasar por tiempos difíciles y que todos los miembros de la familia deben contribuir de una u otra forma a ella. Con ello, les estamos fomentando CONCIENCIA.

Imagine que usted falta hoy a sus hijos, no importa si les deja la fortuna más grande o los negocios mejor establecidos. Si no les ha enseñado a trabajar, no tendrán idea de cómo administrar esos bienes, no tendrán conciencia del valor de ese dinero, por lo que ese patrimonio seguramente se dilapidará.

Estamos compelidos a revisar por los resultados si fuimos muy permisivos o si sencillamente el camino fácil como padres fue darles todo lo que pidieron, creyendo que existe una relación entre lo que les compramos y el amor que nuestros hijos "deben" sentir por nosotros a cambio de ello. Nada más alejado de la realidad. Les estamos creando un entorno cada vez más deformante.

¡Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen 'muchachos en formación' pues ya los abuelos pagaron la transición... ¡

!Hagan de sus hijos personas fuertes, independientes, capaces de sobresalir en la adversidad!

¡PREPARENLOS PARA LA VIDA!

Cesar Mella. Psiquiatra

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Tomado del Boletín de la Asociación Familia Hoy.

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Que el Señor los Bendiga y los Guarde…

Luis Antonio

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